Restauración de reloj del autor Ramón Antonio Iglesias Abeleira (1820-1877), realizado para la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Compostela.
Este peculiar conjunto reproduce a escala un reloj monumental con un solo cuerpo, el de marcha. Posee «reloj patrón» con esfera, trasmisión a torre y distribución a cuatro esferas con cuadraturas independientes, lo que le permite dar la hora propia de Santiago y cuatro husos horarios más, cinco en total, de las que eran cuatro de las principales capitales europeas de la época, Madrid, París, Roma y Londres.
Destacar que en la época en la que se fabricó el reloj diferían las horas de Santiago y la de Madrid.

A diferencia de los relojes monumentales, este reloj cambia la fuerza motriz de una pesa por la de un muelle real inserto en un cubo y el órgano regulador es un volante en vez de un péndulo. El resto son reproducciones a escala de lo que sería un conjunto monumental, incluida la trasmisión a torre por barras, insertos y rótulas, lo que le permite situar la distribución fuera de la perpendicular.
Similar sistema para la caja de distribución a las cuatro esferas y las trasmisiones a cada una de ellas, también mediante barras y dos rótulas con pasadores por esfera.
El volante tiene tornillos de compensación en la llanta y mecanismo de ajuste de raqueta para corregir variaciones. Hemos preferido no realizar catas para conocer los materiales de pletinas y trasmisiones, estas son siempre invasivas y en este caso las consideramos innecesarias por el óptimo estado y terminados del reloj.
Al estar todo el mecanismo expuesto se han cuidado especialmente en la factura los terminados y materiales, logrando una apariencia de gran calidad de conjunto.

El reloj incorpora un circuito electromecánico «misterioso» y realmente innovador para la época. Lo hemos estudiado, pero hemos preferido no desarrollarlo por el seguro deterioro de los conductores. No obstante, incluiremos una breve descripción del circuito y una hipótesis del motivo por el que se instaló.
Bajo el conjunto, situado uno a cada lado de la máquina se encuentra una conexión para dos polos que llegan a completar el circuito. Entendemos estaría alimentado por una batería. El circuito se interrumpe por un relé mecánico activado y desactivado por la rueda de centro, que activa/desactiva cada minuto el circuito, activando una brújula mediante bobina eléctrica que crea un campo magnético y guía el norte de la aguja.

El circuito actual sólo dispone de la brújula, pero por las conexiones es posible dispusiese en su momento o tuviese previsto dotar al mecanismo de alguna resistencia que activase una luz a la vez que activaba la brújula. Este sistema que puede parecer muy básico hoy en día, pero era sin duda un avance tecnológico que impresionaría a los contemporáneos, incluso más que la excelente factura del mecanismo relojero.
La figura que soporta el reloj representa un templete circular con ocho columnas de orden dórico o toscano, con fuste liso y realizado en alabastro. La característica traslucida del alabastro, así como los espacios bajo y sobre el reloj junto al mecanismo eléctrico, refuerzan la posibilidad descrita antes de que se realizase con idea de iluminarlo.
Se han sustituido varias teselas defectuosas o que faltaban y el resto del alabastro sólo se ha limpiado.

El proceso de restauración del mecanismo ha constado de un desmontado completo, limpieza, eliminación de aceites y comprobación de máquina en seco. A continuación, se procedió a realizar una corrección de desgastes en los centros de las pletinas, pulido de pivotes y reajuste de distancias.
Tras lo cual se ha realizado la limpieza y pulido de todas las piezas, montado, aceitado y ajustes de marcha. No ha sido necesario sustituir piezas del mecanismo. La peana ha sido solo tratada en su interior, en la base del reloj, donde se han eliminado las marcas y barnizado como el resto de la misma. Hay una inscripción de una intervención anterior realizada en octubre de 1944, es a lápiz y no la hemos borrado.

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